« Este acuerdo CETA es nefasto para Francia y nefasto para Europa », denunció el miércoles Jean-Luc Mélenchon, candidato de la Francia Insumisa, hablando ante el Parlamento Europeo de Estrasburgo, para referirse al tratado de libre intercambio entre la Unión Europea y Canadá (CETA), que habría de ser aprobado luego, abriendo la vía para ser aplicado provisoriamente a partir de abril próximo.
El año pasado, el Consejo Europeo había validado el hecho de que la aplicación del tratado podría llevarse a cabo de manera provisoria, incluso sin la ratificación de los respectivos países, por lo que el voto en el Parlamento era una cuestión meramente formal.
Siempre refiriéndose al contenido del tratado y sus consecuencias negativas, Jean-Luc Mélenchon fue enumerando éstas últimas una por una.
« Es una contribución agravante para la crisis ecológica y social de la civilización humana porque no contiene ni la más mínima alusión al tratado de París sobre el clima (COP 21) ».
Efectivamente, el acuerdo de París no es mencionado ni siquiera una vez en las 454 páginas del acuerdo entre la EU y Canadá y los dos capítulos relativos al medio ambiente no contienen ningún elemento coercitivo.
Todo esto, a pesar de que la propia Comisión Europea, en el estudio sobre el impacto que provocará el tratado, admite que el aumento previsto de intercambios comerciales (+23%) tendrá un impacto negativo sobre las emisiones de gas con efecto de invernadero. Del mismo modo, reconoce un aumento importante de las emisiones de metano y de óxido de azote. Cabe recordar que la UE se había comprometido a reducir este tipo de emisiones en un 40% de aquí a 2030.
El tratado EU-Canadá « estimula la importación de una de las energías fósiles más contaminantes », agregó Mélenchon, refiriéndose a la importación desde Canadá de combustibles provenientes de arenas bituminosas, cuya extracción y explotación produce un volumen de gas de efecto invernadero mucho mayor que los petróleos convencionales.
En otro terreno, los intercambios previstos en el tratado EU-Canadá se refieren en gran medida a productos agrícolas, lo que implica la apertura de cuotas de decenas de miles de toneladas de carne bovina y porcina para ser importadas en la UE sin pagar derechos de aduana. Esta importantísima competencia para los productores europeos generará invariablemente la proliferación en el continente de explotaciones ganaderas de modelo industrial con producciones a bajo precio, pero al mismo tiempo, en detrimento de la calidad, del bienestar de los animales y de los circuitos directos entre productor y consumidor.
« Alienta la más brutal de las agriculturas, la más cruel y la más desleal », acusó Mélenchon.
Otro de los elementos del tratado CETA sobre el cual el candidato de la Francia Insumisa puso el acento en su denuncia, fue aquél que establece tribunales especiales, llamados eufemísticamente Cortes especiales sobre la inversión (ICS).
Este mecanismo para dirimir los « diferendos » permitirá a las empresas privadas atacar las decisiones adoptadas soberanamente por los Estados, en particular cuando se trata de legislaciones de protección del medio ambiente, como puede ser la prohibicíón del método de fracturación hidráulica para la exploración y explotación del gas de esquisto.
Jean-Luc Mélenchon no olvidó de denunciar el aspecto negativo del tratado en el terreno social señalando que en él se « acepta el dumping social de parte de un país que no firmó la convención de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre las negociaciones ». Un estudio publicado en septiembre del año pasado por dos economistas estadounidenses - Pierre Kohler y Servaas Storm - que estudiaron las consecuencias económicas del CETA, prevé la supresión de 200.000 empleos en la UE, entre otras.
Finalmente, Mélenchon destacó la responsabilidad que le cabía al gobierno francés de François Hollande en la adopción y en la aplicación de este tratado.
« Este texto nunca habría podido ser adoptado, ni siquiera negociado si mi patria se hubiese opuesto. El gobierno de mi país tiene una responsabilidad particular en esta instancia ».… Es un golpe bajo contra Europa y contra mi país ».
Y concluyó :
« Las generaciones futuras se acordarán de esto, quiero creerlo, al menos en la elección presidencial de Francia de 2017 ».