« La idea europea no pertenece a la Unión Europea, sino al pueblo, el primero que la formuló en el pasado con una esperanza siempre renovada en el hecho que cooperando habría un proceso de armonización social y, siempre cooperando, se rechazaría la amenaza de la guerra », declaró el sábado Jean-Luc Mélenchon, durante la Cuarta cumbre del Plan B celebrada en Roma.
El plan B es una iniciativa lanzada en septiembre de 2015 en París, como reacción política al chantaje de las instituciones europeas contra la población griega y, con una estrategia combinada de diversas proposiciones para reorientar el proyecto europeo.
El 5 de julio de 2015, en un referendo, el pueblo griego rechazó las condiciones impuestas por la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo, para proceder a un rescate de la economía griega.
Sin embargo, una semana más tarde, los jefe de Estado y de gobierno de la zona euro acordaron iniciar negociaciones para el plan de rescate solicitado, pero presionando a Grecia para que aceptase la condiciones impuestas, bajo la amenaza de una expulsión de la eurozona.
Finalmente, el parlamento griego se sometió a las condiciones impuestas por sus acreedores, luego que el presidente griego Alexis Tsipras aceptara proceder a una restructuración de su gobierno, destituyendo a todos los ministros opuestos a ceder a las presiones europeas.
En este contexto, los adherentes al plan B se comprometieron a desobedecer abiertamente a las prácticas europeas no democráticas y a las reglas neoliberales. Y, en la eventualidad de un fracaso de otras negociaciones en un contexto similar al caso griego, proceder a una ruptura más radical, nacional o multilateral con el actual marco europeo.
De este modo, las cumbres del Plan B están intrínsecamente vinculadas al objetivo de restablecer la democracia y la soberanía popular para los pueblo europeos y para restablecer el objetivo inicial de la toda la Unión Europea : la prosperidad de sus pueblos y sociedades.
Después de las cumbres de París, Madrid y Copenhague, esta cuarta cumbre del Plan B en Roma se celebró como alternativa a la celebración del Sexagésimo aniversario de la firma del tratado de Roma que echó las base de la Unión Europea.
En su discurso en Roma, a modo de preámbulo histórico, el candidato de la Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon recordó las numerosas voces que se elevaron en Francia para denunciar el contenido ideológico del tratado en el sentido de hacer del mercado el regulador de las actividades humanas.
« Si el mercado se convierte en el regulador de las actividades humanas, resulta que no hay interés general humano , sólo hay leyes de intercambio de mercaderías, buscando un costo cada vez menor, pero que implica trabajadores cada vez más explotados y la naturaleza cada vez más destruida », denunció
Mélenchon destacó que en una historia con altos y bajos desde el tratado de Roma, la construcción europea tuvo grandes oportunidades de reformarse, las que fueron perdidas.
De esta situación responsabilizó a los gobiernos social-demócratas que en un momento fueron mayoría en Europa, antes de derrumbarse en un sistema generalizado de coaliciones con la derecha, el que ha culminado en una parálisis política y en una instalación y un desarrollo de la extrema derecha hasta constituir actualmente un grave peligro para la democracia.
Mélenchon estimó que Europa entró en el fin de un ciclo. Como primera etapa de este declive, señaló el Brexit, antes de condenar enérgicamente un paso adelante en este sentido « extremadamente violento y violatorio de la democracia » como es la aceptación del tratado de libre comercio con Canadá (CETA).
« Este tratado… se aplicará incluso antes de que cualquier parlamento representativo del pueblo se haya manifestado a su propósito y creará un conjunto de normas sociales y medioambientales que se impondrán a todos los desarrollos futuros de la Unión Europea y, diga lo que diga ésta, no podrá jamás ir más allá de lo que le imponga el CETA », explicó.
El candidato de la Francia Insumisa insistió en señalar que la aceptación del tratado con Canadá marcaba el fin de la construcción europea, tal como fueron el Brexit, las violentas medidas impuestas contra Grecia y Chipre en 2015, a todo lo cual vino a agregarse la semana pasada, la mini cumbre de Versailles que, reunió a los dirigentes de cuatro pases de la UE, paradójicamente, con el objetivo de reactivar la construcción europea.
« De repente, la Europa de los 28 vio a cuatro países pretendiendo decidir por todos los otros … Si bien que este espectáculo agravó las divisiones en Europa y provocó las protestas legítimas de aquellos que se sienten iguales en derecho y que no fueron invitados a la cumbre de Versailles », comentó.
Melenchon comparó la situación actual de la Unión Europea a un edificio tambaleante a la que ha venido a agregarse « la política absurda » del tratado de presupuesto europeo que prohíbe la armonización fiscal y que pone en competencia a las naciones, pretendiendo al mismo tiempo construir la unión.
« Nos hemos convertido en rivales en una competencia organizada de manera cínica por (el ex presidente de la Comisión Europea Joao Durao) Barroso para que cada país pague su ajuste estructural a costa de los otros », comentó.
Mélenchon puso el acento en denunciar una de las iniciativas de la cumbre de Versailles relativa a una Europa con diversos niveles de participación, « presentada como una novedad, pero que fue propuesta hace más de diez años y que hoy es de hecho una realidad ».
Como ejemplo de esta situación citó la eurozona, en la que participan sólo 19 de los 28 países de la UE, el acuerdo de Schengen, relativo a la libre circulación entre los países y que sólo implica a algunos de ellos y, por último, la idea de una alianza en el terreno de la defensa que pretende incluir a Austria, un país neutro que no participa en ninguna coalición militar.
« La idea de una Europa a varios niveles es algo añejo, presentada ahora bajo un nuevo envoltorio que no significa más que el corazón reaccionario que representa (la canciller alemana) Angela Merkel quiere darse nuevos medios coercitivos para defender con dientes y uñas la estrategia del capitalismo transnacional », manifestó el candidato de la Francia Insumisa.
Evocando aún el caso de Grecia en 2015, Mélenchon recordó que este país debió enfrentar solo a los otros países europeos, « en particular la arrogancia insoportable del gobierno de Angela Merkel, su violencia y su brutalidad… porque Grecia estaba aislada y porque fuimos incapaces de formar un movimiento para de apoyarla ».
Como alternativa a esta situación, el candidato de la Francia Insumisa destacó el carácter internacionalista del Plan B, recordando que « hemos hecho Europa por el bienestar social , los pensábamos, lo queríamos, nuestros pueblos lo creen y esa formidable adhesión a la idea europea que se conserva en ellos tiene un arraigo muy profundo ».
En este contexto internacionalista, Mélenchon se refirió una vez más al tema de la paz que estimó es una construcción que necesita vigilancia y aplicación. Asi estimó que si ésta aparece actualamente amenazada en Europa es porque Estados Unidos practica un juego extremadamente turbio en que no queda claro si quiere dividir a los europeos o enfrentarse a Rusia, designada como un adversario.
Jean-Luc Mélenchon reiteró lo que piensa debe ser la posición de su país y de Europa frente a Rusia : « Para nosotros franceses, en nuestra historia profunda cual haya sido el régimen en Rusia, Francia siempre ha considerado a Rusia como interlocutor . Es la geografía y la historia que nos dicta esta obligación y, en consecuencia, no debemos aceptar marchar en dirección de la guerra, como lo estamos haciendo ».
Y, como ejemplos de esta escalada guerrera, señaló el restablecimiento en Suecia del servicio militar obligatorio y la instalación de baterías de misiles antimisiles en Polonia.
Melenchon criticó enérgicamente la posición del presidente francés François Hollande en cuanto a reactivar la Unión Europea sobre la base de la defensa. « Europa de la defensa : ¿Para qué ? ¿Contra quién ? La Europa de la defena no tiene sentido, la Europa de la defensa es la de la guerra y nosotros queremos construir la Europa de la paz ».
Finalmente y evocando la posibilidad de ser elegido presidente de la República Francesa, Jean-Luc Mélenchon hizo un llamado a los participantes en la cumbre del Plan B a concurrir con todo su apoyo para el éxito del programa de gobierno de la Francia Insumisa.
« Nadie puede pensar que se puede gobernar un Estado sin el apoyo de los otros, que es el apoyo del pueblo que es él el único soberano », concluyó.